29 agosto 2010

San Agustín de Hipona



¡Tarde te amé, belleza infinita tarde te amé,

Tarde te ame belleza siempre antigua y siempre nueva!

Y supe, Señor que estabas en mi alma y yo estaba fuera,

así te buscaba mirando la belleza de lo creado.

¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame,

tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.


Señor tu me llamaste, tu voz a mi llegó,

curando mi sordera con tu luz brillaste cambiando mi ceguera en un resplandor,

¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame, tarde te ame,

belleza siempre antigua y siempre nueva!.


Tu estabas conmigo, mas yo buscaba fuera y no te encontraba,

era un prisionero de tus criaturas, lejos de Ti.

¡Tarde te amé belleza infinita,

tarde te ame,

tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.


Hasta mí, ha llegado el aroma de tu gracia,

por fin respiré, Señor yo te he buscado, siento hambre y sed, ansío tu paz.

¡Tarde te amé belleza infinita,

tarde te ame,

tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.


San Agustín de Hipona


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